Empecé desde niño a trabajar en la empresa con mi padre Ugo, cuando todavía la hacienda se llamaba Ugo & Figli srl. A diario en coche íbamos por la Porrettana, pasando por Pracchia en el medio del Appennino tosco-emiliano, hasta llegar a Bologna a por los proveedores para abastecernos de prensas de impresos, periódicos y pautados. ¡En esos años Bologna estaba repleta de copias del Resto del Carlino! Las calles Emilia y Porrettana estaban llenas de tabernas a conducción familiar que ofrecían por pocas liras exquisitos tortellinis hechos a mano con ragú a la boloñesa.

El mundo sigue adelante y nosotros también tuvimos que adaptarnos a los cambios para retos futuros. Pese a esfuerzos y sacrificios, el papel usado en el postguerra fue un sector muy interesante. Todavía recuerdo a mi padre ir cargando papel a mano en su Fiat 615, una camioneta tan famosa que alguien llamó “El medio de la prosperidad” y que algún proveedor nuestro todavía recuerda.

Lo que más me gusta de mi trabajo es su dinamismo e imprevisibilidad. Durante casi 40 años trabajando, entre altibajos, vi bruscos cambios en el mercado.

Que nuestra empresa familiar siga trabajando con sus 50 años de historia, es mi mayor éxito laboral. Hoy en día el mercado va desenvolviéndose sin parar y me queda difícil imaginar mi negocio a lo largo de un marco temporal tan grande, sin embargo espero que nuestro nombre siga siendo recordado y respetado por la rectitud y reputación que fuimos conquistándonos en todos estos años de actividad y duro trabajo.